¿Alguna vez has visto a alguien defender el aborto con analogías como estas?
"Un huevo no es una gallina, una bellota no es un árbol e incluso una tela no es un vestido".
Seguro que sí. Basándome en el artículo "Eggs, acorns and silkworms: Refuting pro-choice propaganda", aparecido en el blog Secular Pro-Life Perspectives, voy a tratar de explicar qué hay de falso y de verdadero en este tipo de enunciados.
"Un huevo no es una gallina, una bellota no es un árbol e incluso una tela no es un vestido".
Seguro que sí. Basándome en el artículo "Eggs, acorns and silkworms: Refuting pro-choice propaganda", aparecido en el blog Secular Pro-Life Perspectives, voy a tratar de explicar qué hay de falso y de verdadero en este tipo de enunciados.
Un huevo no es una gallina
Generalmente, este afirmación, hecha con frecuencia en las redes sociales, viene acompañada de la foto de un huevo frito. Y lo gracioso es que, en general... ¡Es cierta! Resulta que la mayoría de los huevos destinados al consumo humano no están fertilizados, es decir, sólo contienen un óvulo de gallina, no un embrión (esto es algo que ya comenté hace mucho tiempo en una nota para mi página de Facebook).
Pero, ¿qué pasa cuando tenemos un huevo fecundado? ¿Es una gallina? Sí, al menos tanto como lo sería un pollito ya nacido. Comúnmente usamos la palabra gallina para referirnos a una hembra adulta de la especie Gallus gallus, llamamos gallo al macho y ambos reciben el nombre de pollito o polluelo en su etapa juvenil. El huevo (dentro del cual se encuentra el embrión o feto) no es más que ese mismo animal en las etapas más tempranas de su desarrollo.
Como curiosidad, incluyo aquí un vídeo en el que podemos observar a un embrión de ave a través de una cáscara transparente artificial:
Una bellota no es un árbol
Cuando utilizamos la palabra "árbol", nos estamos refiriendo a la forma adulta de una especie vegetal. Una bellota, una nuez, o el hueso de una fruta no son, obviamente, árboles adultos pero sí son tan miembros de su especie como ellos. Simplemente, igual que ocurre con el embrión de pollo o el humano, se encuentran en una fase muy temprana de su desarrollo, por lo que aún no han alcanzado el tamaño y el aspecto que tendrán en la adultez. Están vivos, lo único que necesitan es crecer.
Un pedazo de tela no es un vestido
Esta afirmación es totalmente cierta. Naturalmente, la materia prima utilizada para fabricar un vestido no es un vestido. De hecho, una tela podría ser utilizada para fabricar otras muchas cosas, como un mantel o una vela. Pero los embriones y los fetos no son "materias primas" que se utilicen para fabricar personas. Nuestra materia prima son los nutrientes que consumimos. Nadie nos "construye" uniendo artificialmente nuestras piezas, somos nosotros los que crecemos y nos desarrollamos; dicho de otro modo, no es que "vengamos de" un embrión, es que una vez fuimos un embrión. Por tanto, en este caso, la analogía no tiene sentido.
Por último, siempre hay alguien que comparte la imagen de una simulación del encuentro entre un óvulo y un espermatozoide diciendo "esto no es un ser humano"; y también es cierto, porque hasta que no se produce la unión efectiva entre ambas (fecundación o concepción), dos células sexuales humanas no pasan a constituir un ser humano con su genoma completo (véase Respuestas Pro-Vida a argumentos Pro-Aborto I: "Si una vez fuiste un feto, también fuiste un espermatozoide").
Conclusión: los fetos y embriones humanos no son adultos, ni tampoco materiales para fabricar personas, simplemente son seres humanos muy jóvenes y su aspecto y habilidades son exactamente los que deberían ser en esa etapa de su vida. Desde el momento de su concepción, poseen toda la información genética necesaria y la capacidad para desarrollarse a través del período pre-natal, la infancia, la adolescencia, la adultez y la vejez.
Hola
ResponderEliminarLo de la bellota y el roble (y similares) es un "cuento" que manejan algunos, como papagayos (es decir, sin saber de que hablan) para argumentar sin tener formación alguna... porque efectivamente "una bellota no es un roble", como tampoco un "feto es un adulto" ni un "cigoto un anciano", eso es claro.
Los que acostumbran a plantear argumentaciones tan peregrinas están condicionados por unas enormes las anteojeras ideológicas que les impide ver (pensar) "claro" más allá de tus narices.
Todos fuimos en algun momento de nuestra única existencia: cigoto, morura, blástula, feto, o incluso despues de nacer... lactante, infante, niño, adolescente, joven, adulto, maduro, anciano,...etc.
¿Le cabe a alguién pensar que el niño que fuí hace años no era "yo mismo"? ¿Y el cigoto que fuí hace unos pocos más de años, no era yo?
Lo dicho, demasiadas "anteojeras" y algunas de talla XXL
Muy buen post María, felicidades.
Muchas gracias Álvaro :)
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