No hace mucho, en los EE.UU. se conoció el caso de una adolescente que había demandado a sus padres por tratar de obligarla a abortar. La chica ganó la demanda. Aquí os traigo uno de los artículos que la prensa americana dedicó al asunto (la traducción es mía, así que pido perdón por las posibles inexactitudes):
Una adolescente podrá conservar a su bebé después de ganar una demanda contra sus padres que trataban de obligarla a abortar. La chica de 16 años, conocida como R.E.K. en la querella, inicialmente archivó el pleito después de que ella dijese que Jeffrey y Denise Coen estaban intentando coaccionarla para que abortase al feto.
KRIV-TV declara que el acuerdo alcanzado obliga a los Coen a ayudar a pagar su seguro médico y su factura de teléfono y también a dar el consentimiento para que ella pueda casarse con el padre de su bebé.
Evan Madison, padre del bebé no nacido, le dijo a KRIV que el juicio ha sido “estresante”.
“Hemos tenido peleas y discusiones sobre todo esto y lo que pasará después porque sus padres son muy impredecibles”.
La demanda inicialmente expresaba que la madre quiso dar disimuladamente a su hija embarazada una píldora abortiva y que el padre la amenazó.
Greg Terra, abogado y presidente del Texas Center for the Defense of Life, dijo en un comunicado de prensa que estaban “extremadamente felices” con la decisión del juez Harris County de conceder una orden de larga duración en el caso.
“Esta es una tremenda victoria y otra vida ha sido salvada”, dijo Terra. “Nuestra victoria de hoy representa el principio de que la elección va en las dos direcciones. Bajo Roe v. Wade y los casos post-Roe, una adolescente tiene absolutamente el derecho legal a elegir la vida, incluso a pesar de las fuertes objeciones, presión y castigos de sus padres. Estamos extremadamente contentos con la decisión tomada hoy por el juez y estamos muy orgullosos de nuestra cliente adolescente por ser lo bastante fuerte para enfrentarse a sus padres para salvar la vida de su hijo no nacido”.
La joven pareja planea casarse pronto.
Este caso me recordó una conversación que tuve con una mujer que decía que, si su hija adolescente quedase embarazada y le pidiese que la acompañase a abortar, a ella le enorgullecería la confianza demostrada. Sin embargo, añadió, si esta era "tan irresponsable" como para optar por tener al niño, la echaría de casa, porque ella no tenía porqué cargar con su nieto. Me pareció una posición un poco extraña para alguien que se hacía llamar "pro-elección".
También me hizo pensar en que cuando se aprobó la Ley Aído, que en un principio permitía que las adolescentes de 16 años pudiesen abortar sin conocimiento ni consentimiento de sus padres, fue posteriormente matizada: el médico debía informar a los padres a no ser que la menor alegase que su aborto le acarrearía un conflicto doméstico grave (amenazas, agresiones, etc.). Se pretendía así amparar a las adolescentes para que su derecho a abortar no se viese condicionado por su entorno familiar. Ya entonces me llamó la atención que se tuviese en cuenta a las jóvenes presionadas para tener a sus hijos mientras que en ningún momento se habló de las que fuesen coaccionadas para abortar.
Y pensé en todas las niñas que, al ser presionadas o incluso amenazadas por su familia, su pareja, etc. se encuentran con que no saben qué hacer o a quién acudir, y al final acaban haciendo algo que no quieren y que probablemente las marcará para el resto de sus vidas.
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