
La repercusión del caso en la opinión pública ha sido enorme. Tanto es así, que días después del sangriento atentado este sigue en boca de todos.
Curiosamente, no ocurrió lo mismo con la masacre que tuvo lugar en Siria hará poco más de una semana, y que se cobró la vida de unas 200 personas.
El primer asesinato ha recibido una condena unánime por parte del mundo. Nadie lo olvidará.
El segundo, pese a la tentativa de condena por parte de la ONU (finalmente vetada por Rusia), a penas sí ha levantado revuelo entre la gente de a pie. Y una no puede dejar de preguntarse por qué. ¿Por qué todo el mundo habla de aquellas doce personas y nadie de las otras 200? ¿A caso no son ambos crímenes igualmente abominables?
La respuesta es sencilla: sensacionalismo. Nuestros medios de comunicación nos conocen lo bastante bien como para saber qué es lo que deben hacer, a qué noticias deben dar un mayor énfasis, para captar nuestra atención. Todos los días se producen matanzas en Siria, en Irak, etc. La gente está cansada de oírlo. La gente está aburrida de la guerra. Entonces, llega un lunático con el pelo teñido de rojo y una máscara anti-gas, entra en un cine y se pone a disparar. Bueno, eso ya es algo que no se ve todos los días. Vamos a sacarle partido.
Por cierto, en caso de ser declarado culpable, Holmes se enfrentaría a la pena de muerte. Un castigo que no servirá ni para reparar el daño causado, ni para redimir al criminal; solo para saciar la sed de venganza de un público morboso.
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